El dinero ilícito no trae riqueza; al contrario, produce violencia, corrupción, desempleo, muerte, inflación, competencia desleal, desplazamiento y miseria.

El verdadero éxito en esta lucha no es contra el delito sino contra la "riqueza" ilegal que produce.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Ciberlavado y nuevas modalidades de pago que aprovechan la tecnología para lavar dinero


Las recomendaciones 5, 8, 21, 23 y recomendaciones especiales VI y VII del GAFI se refieren al riesgo asociado a las nuevas modalidades de pago y uso de la tecnología que favorecen el anonimato para el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. Al respecto, las instituciones financieras deben adoptar las medidas pertinentes para evitar las cuentas anónimas, nombres ficticios, el uso de nuevas tecnologías para favorecer el anonimato, así como el abuso de servicios monetarios, de transferencia de fondos y valores.

Las amenazas que proporcionan los avances tecnológicos para lavar dinero o financiar actividades terroristas son cada vez más difíciles de controlar por la facilidad de acceder a la internet desde cualquier sitio o dispositivo, por la dificultad para identificar directamente a los intervinientes u originadores de los datos y por la diversidad de negocios y transacciones que se pueden realizar a través sistemas virtuales o la internet.

El ciberdelito se define como todos aquellos actos ilícitos o con intención de cometer un delito contra personas, negocios (comerciales y no comerciales) ó el gobierno en el ciberespacio, a través de una computadora como herramienta o como objetivo ó ambas.

Las principales formas de ciberdelito son las de tipo financiero y aquellas de acceso no autorizado a sistemas o redes. El ciberlavado es una parte del denominado ciberdelito financiero.

En cuanto al acceso no autorizado a sistemas y redes, más conocido como hacking, se puede presentar a través de modalidades tales como: Robo (theft) de información en forma electrónica; Bombardeo (e-mail bombing) de correo para saturar sitios web o servidores; Alteración de información (data diddling) original antes de que un proceso haya terminado; Ataques Salami (Salami attacks) para delitos financieros aparentemente inadvertidos como montos pequeños; Denegación de servicio (denial of service) con exceso de peticiones; Virus o gusanos (virus/worm) para alterar o borrar datos; Bombas lógicas (logic bombs) activadas con determinado evento; Troyano (trojan horse) que se instala, funciona y se oculta como un programa autorizado; Robo de internet (internet time theft) pagado por otro; Daños físicos (physically damaging) a un sistema o complementos.

El ciberdelito financiero contempla trampas, fraudes y acciones ilegales relacionadas con ciberpornografía, venta de artículos ilegales, apuestas y juegos en línea, delitos de propiedad intelectual, suplantación, falsificación, ciberdifamación, ciberacoso y ciberlavado.

La ciberpornografía incluye páginas web pornográficas, revistas pornográficas en la internet que permiten descargar o ver imágenes, fotos, videos y otro material.

La venta de artículos ilegales se refiere a la comercialización a través de sitios web o la internet de narcóticos, armas, arte, fauna y otros objetos de negociación prohibida o restringida.

Las apuestas y juegos en línea son ofrecidos a través de múltiples sitios web, generalmente alojados en servidores en el extranjero, que en algunos casos sirven de fachada para el lavado de dinero.

Los delitos de propiedad intelectual se refieren a la piratería de software, el abuso de los derechos de autor (copyright), marcas y otros intangibles a través de la internet.

La suplantación en la internet se refiere a los sitios web o correos falsos que aparentan ser algo que en realidad no lo es, tales como sitios de instituciones financieras, mercados virtuales, negocios o personas.

La falsificación a través de la internet incluye los billetes y monedas, sellos postales (estampillas), timbres fiscales, marcas y otros instrumentos que usan técnicas, computadoras, impresoras y escáneres sofisticados.

La ciberdifamación a través de computadoras y la internet es usada para desacreditar intencionalmente algún sitio web, marca, negocio, persona, producto o servicio.

El ciberacoso consiste en seguir los movimientos de una persona, negocio o producto a través de la internet a través de anuncios, correos, chats u otros mecanismos de divulgación electrónica masiva para obtener un beneficio particular.

El ciberlavado consiste en ocultar o facilitar, a través de la internet, transacciones financieras que provienen de actividades ilegales mediante la utilización de: a) tarjetas prepagadas, b) servicios de pago a través de internet y c) servicios de pago a través de móviles, entre los más usados.
1.   Las tarjetas prepagadas (prepaid cards) se pueden dividir en dos grandes categorías, las tarjetas de circuito abierto y las de circuito cerrado. Las tarjetas prepagadas de circuito cerrado sólo tienen negociabilidad limitada y el riesgo de lavado de dinero es relativamente bajo. Las tarjetas de circuito abierto tienen una mayor negociabilidad, cuentan con bandas magnéticas, chip electrónico y almacenan información. Son también conocidas como “tarjetas inteligentes” o “monederos electrónicos”. Algunas tarjetas prepagadas son utilizadas como productos tradicionales financieros (débito o crédito) y como alternativa de otros servicios como pagos internacionales, cheques de viajero o retiros a través de cajeros automáticos. Adicionalmente, algunos proveedores de servicios de pago por internet y servicios de pagos móviles ofrecen a sus clientes una tarjeta de prepago para facilitar el acceso a dinero en efectivo mediante el uso de cajeros automáticos locales o en todo el mundo.

2.   Los servicios de pago por internet (IPS – Internet Payment Services) son ofrecidos por entidades financieras y empresas de servicios financieros, asociados a una cuenta bancaria o que funcionan independiente desde una cuenta bancaria.

De acuerdo con el GAFI, los métodos de pago por internet se dividen en tres categorías: a) Banca en línea, donde las entidades financieras ofrecen acceso en línea a los servicios bancarios tradicionales, basado en una cuenta ya establecida; b) Pago de productos por internet, donde las empresas que no son entidades financieras permiten a sus clientes enviar o recibir fondos a través de una cuenta virtual, que se accede a través de internet; c) Divisas virtuales, donde los clientes pueden comprar unidades de una moneda virtual o metales preciosos que, a su vez, pueden ser cambiados entre los titulares de las cuentas del mismo servicio por monedas reales y se retira.

El mercado de productos pagados por internet se ha diversificado e incrementado en forma sostenida desde 2006. También se utiliza cada vez más las transferencias persona a persona (p2p).  

En los últimos años se ha visto el surgimiento de monedas electrónicas asociadas a los mundos virtuales (virtual worlds or virtual environments), donde los usuarios pueden convertir las monedas reales en monedas virtuales con el fin de realizar transacciones en el entorno del mundo virtual. A través de transferencias p2p estas monedas virtuales se pueden negociar y convertir en moneda real.

Por otra parte, también ha ganado mucha popularidad los vales de dinero (cash vouchers) que se pueden comprar, en forma anónima, en tiendas, gasolineras y otros negocios. Este mecanismo fue diseñado originalmente como transacciones persona a negocio (p2b), pero también puede ser utilizado para transacciones p2p donde son aceptados por algunos proveedores de estos servicios de pago.

3.   Los servicios de pago a través de móviles se pueden diferenciar entre aquellos que están asociados a cuentas bancarias o de valores y aquellos asociados a servicios diferentes.

Según el Banco Mundial, estos servicios se clasifican en las siguientes cuatro categorías: a) servicios móviles de información financiera, donde los usuarios pueden ver los datos de su cuenta personal y la información financiera en general, pero no hay posibilidad de realizar transacciones. b) servicio móvil de cuenta bancaria o de valores,  donde los usuarios pueden efectuar sus transacciones, de forma similar a la banca por internet. Este servicio, generalmente, está asociado a cuentas bancarias con seguridad especial. c) servicio móvil de pago, con el cual se permite hacer pagos con teléfonos móviles a usuarios que no tienen cuentas bancarias o de valores. d) servicio móvil de dinero, con el cual los suscriptores pueden almacenar dinero en su teléfono móvil y utilizar como medio de pago los créditos del teléfono o el tiempo al aire disponible.

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