El
ciberdelito y el ciberlavado no son temas del futuro como muchos pueden pensar.
Con el más reciente caso de Liberty Reserve, que sería el más grande de la
historia, podemos comprobar cómo el ciberespacio está siendo utilizado para
cometer delitos y lavar dinero en mayores proporciones que en la vida real.
En
días pasados se conoció la acusación (indictment 13CRIM368) ante la Corte Sur
del Distrito de Nueva York contra
Liberty Reserve S.A., Arthur Budovsky, Vladimir Kats, Ahmed Yassine Abdelghani,
Allan Esteban Hidalgo Jimenez, Azzeddine El Amine, Mark Marmilev y Maxim
Chukharev por lavado de dinero a través de negocios virtuales de monedas y
metales preciosos por un valor de por lo menos $6.000 millones de dólares.
También los medios de comunicación han destacado ampliamente este caso y la
captura de los presuntos responsables en España, Costa Rica y Nueva York.
A
través de internet los usuarios establecían una cuenta solamente con
suministrar una dirección válida de correo electrónico. Según la Fiscalía de
Nueva York, “los acusados crearon, estructuraron y operaron a Liberty Reserve
como un banco diseñado para ayudar al usuario a realizar transacciones ilegales
de manera anónima y para blanquear el producto de los delitos”. Las actividades
de la empresa crecieron hasta convertirse en un centro financiero que facilitó
“una amplia gama de actividades delictivas en línea”, pues la operaciones eran
“anónimas e indetectables”. El dinero que transfirieron a través de más de 45
cuentas bancarias en diversos países, entre ellos Costa Rica, Chipre, Rusia,
Hong Kong, China, Marruecos, España, Latvia y Australia, provenía del fraude
con tarjetas de crédito, de fraudes con inversiones, de la piratería
informática, de la pornografía infantil y del tráfico de estupefacientes.
La
compañía Liberty Reserve, establecida en Costa Rica, operaba un sistema
cambiario online, fuera del control de los gobiernos nacionales, mediante el
cual realizó por lo menos 55 millones de transacciones ilegales con más de un
millón de usuarios en todo el mundo. Los usuarios abrían una cuenta en una
unidad monetaria denominada “LR” con un nombre, dirección de correo y fecha de
nacimiento. Esta información no era verificada. Luego se podía usar el efectivo
para comprar LR a operadores de cambio tercerizados que negociaban entre ellos
y obtenían una comisión. Los usuarios podían transferir la moneda virtual de
unos a otros en diferentes partes del mundo para luego ser cambiada en efectivo
por sus compañías de cambio. La empresa procesaba alrededor de 12 millones de
transacciones financieras por año. El costo era de una comisión de 1% por
transferencia y por US$0,75 se podía ocultar el número de cuenta del usuario
para volver ilocalizable la operación.
Arthur
Budovsky Belanchuk, creador de la empresa Liberty Reserve, es un ucraniano de
39 años de edad, quien era ciudadano Estadounidense pero desde el 2010 renunció
a su pasaporte y se convirtió en costarricense al casarse con una “tica”. Para
2005 Budovsky ya era investigado en Estados Unidos por haber tratado de lanzar
la empresa Gold Age Inc. con la que pretendía lavar dinero. El 25 de enero de
2007 fue condenado en Nueva York a cinco años de libertad condicional, tras
declarase culpable de operar un negocio ilegal de servicios financieros,
parecido a Liberty Reserve. En 2006 se mudó a Pozos de Santa Ana en Costa Rica
y ahí fundó la empresa Liberty Reserve entre otras empresas. En 2011 la
Superintendencia General de Entidades Financieras de Costa Rica puso bajo
investigación a Liberty Reserve, que en ese momento cerró sus operaciones al no
poder demostrar la legitimidad de sus operaciones.
Después
de esa fecha, Budovsky siguió "trabajando clandestinamente bajo una serie
de compañías pantalla". Se trató de las sociedades Silverhand Solutions
& Technology S.A., Worldwide E-Commerce Business S.A. (Websa), Grupo Lulu
Limitada, Triton Group A & A S.A. y Cyberfuel.com. Según la acusación de la
Fiscalía de Nueva York, están involucrados en la operación los dominios:
libertyreserve.com; exchangezone.com; swiftexchanger.com;
moneycentralmarket.com; asianagold.com; y eurogoldcash.com.
El
ciberdelito es todo acto ilícito que se realiza en el ciberespacio contra
personas, negocios (comerciales y no comerciales) ó los gobiernos, a través de
una computadora o dispositivo
electrónico como herramienta o como objetivo ó ambas. El ciberdelito puede ser
financiero o no financiero. Cuando el ciberdelincuente tiene una finalidad
económica se denomina cracker y cuando no tiene un incentivo económico se
conoce como hacker[1].
El
ciberlavado, a su vez, se considera como el proceso para ocultar o facilitar, a
través del ciberespacio (internet, la nube o la red), transacciones financieras
que provienen de actividades ilegales mediante la utilización, principalmente,
de: a) tarjetas prepagadas de sistema abierto y cerrado, b) monederos electrónicos,
c) pagos a través de dispositivos móviles, d) monedas y metales preciosos
virtuales, y e) servicios de pago a través de internet[2].
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