El dinero ilícito no trae riqueza; al contrario, produce violencia, corrupción, desempleo, muerte, inflación, competencia desleal, desplazamiento y miseria.

El verdadero éxito en esta lucha no es contra el delito sino contra la "riqueza" ilegal que produce.

miércoles, 11 de julio de 2012

Brasil endurece ley contra el lavado de dinero


La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sancionó y promulgó el pasado 9 de julio de 2012 la Ley 12.683 que endurece la lucha contra el lavado de dinero mediante un incremento en las multas aplicadas y la ampliación de los crímenes financieros tipificados como delito de lavado.

Desde el pasado martes 5 de junio la plenaria del Senado había aprobado el proyecto de ley que actualizaba la Ley de Blanqueo de Dinero (Ley 9.613/1998) para hacerla más eficiente y responder a los nuevos métodos de actuación de las organizaciones criminales.

Una de las modificaciones de la nueva ley -que estuvo en discusión durante nueve años- es la ampliación de las acciones que pueden conducir al lavado de dinero. Según la vieja norma, se incurría en lavado únicamente cuando el dinero provenía de delitos previamente establecidos como tráfico de drogas, contrabando de armas, terrorismo y extorsión y crímenes contra la administración pública y el sistema financiero. Bajo la nueva ley, cualquier persona que intente ocultar dinero obtenido ilegalmente podrá ser procesado y sancionado, incluyendo cualquier transacción que se realice al margen de la ley, como la comercialización de bienes en el exterior.

La Ley 12.683 prevé un incremento de la multa por lavado de dinero a un tope de 10 millones de dólares, cuando en la anterior ley era de máximo 100.000 dólares; sin embargo, se mantiene el mismo nivel de pena de cárcel de 3 a 10 años.

La normativa anterior únicamente permitía a las autoridades confiscar los bienes a nombre de la persona acusada de lavado de dinero, mientras que la nueva ley admite también la incautación de bienes registrados a nombre de terceros cuando hay indicios de que fueron transferidos con el fin de ocultarlos.

Sin embargo, la Ley 12.683 revoca una disposición de la legislación anterior que prohibía la concesión de fianza o libertad provisional a los acusados de lavado de dinero.

Cifras oficiales indican que cada año se lavan en Brasil entre 10.000 y 15.000 millones de dólares, aunque actualmente no hay ninguna persona presa en el país por ese delito, según el Ministerio de Justicia.


Con este cambio normativo, la legislación brasileña pasaría de la llamada “segunda generación” (lista cerrada de crímenes antecedentes o delitos subyacentes) a “tercera generación” (lista abierta de crímenes), adoptada por varios países desarrollados.



Ley 12.683 del 9 de julio de 2012

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