La
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus
siglas en inglés) publicó el pasado 16 de enero de 2013 el Informe Mundial
sobre las Drogas 2012, en español, que tiene como objetivo mejorar la
comprensión del problema de las drogas ilícitas y contribuir a una mayor
cooperación internacional para la lucha contra ellas.
El
informe de este año 2012 es considerablemente más corto (consta de dos
capítulos) que sus ediciones anteriores y el anexo estadístico se publica ahora
en formato electrónico. Comienza con una visión general de las tendencias
recientes y la situación actual en términos de producción, tráfico y consumo y
las consecuencias del uso de drogas ilícitas en términos de tratamiento, así
como las enfermedades y muertes
relacionadas con las mismas. El segundo capítulo presenta una perspectiva a
largo plazo: revisa las principales características del problema contemporáneo
de las drogas, la manera en que ha cambiado en las últimas décadas, los
principales factores que dieron forma a esta evolución, y las probables
direcciones que tome en el futuro.
Según el informe, el volumen de consumo mundial de
drogas ilícitas se mantuvo estable durante cinco años hasta finales
de 2010 entre el 3,4% y el 6,6% de la población adulta (personas de 15 a
64 años). Sin embargo, entre un 10% y un 13% de los usuarios de
drogas siguen siendo consumidores problemáticos con drogodependencia y/o
trastornos relacionados con el consumo de drogas; la prevalencia del VIH
(estimada en aproximadamente un 20%), la hepatitis C (46,7%) y la hepatitis B
(14,6%) entre los usuarios que se inyectan la droga continúa sumándose a la
carga mundial de morbilidad; y, por último, pero no por ello menos importante,
aproximadamente
una de cada 100 muertes de adultos se debe al consumo de drogas ilícitas.
Los
opioides siguen siendo el tipo de droga predominante en la demanda de
tratamiento en Asia y Europa y también contribuyen notablemente a la demanda de
tratamiento en África, América del Norte y Oceanía. El tratamiento relacionado
con el consumo de cocaína está en demanda principalmente en las Américas,
mientras que el cannabis es la droga que da lugar a la mayor demanda de
tratamiento en África. La demanda de tratamiento relacionada con el consumo de
estimulantes de tipo anfetamínico es más común en Asia.
A
nivel mundial, las dos drogas ilícitas de mayor consumo siguen siendo el
cannabis (prevalencia anual mundial entre el 2,6% y el 5,0%) y los estimulantes
de tipo anfetamínico, excluido el “éxtasis” (0,3% a 1,2%), aunque los datos
relativos a su producción son escasos. Se ha observado que la producción y el
cultivo totales de coca se mantienen estables, mientras que la producción de
opio ha vuelto a alcanzar niveles comparables a los de 2009. La prevalencia
anual mundial correspondiente a la cocaína y a los opiáceos (opio y heroína) se
ha mantenido estable, respectivamente entre el 0,3% y el 0,4% y entre el
0,3% y el 0,5% de la población adulta de 15 a 64 años de edad.
Según
los datos disponibles sobre cultivo, producto y tráfico, la fabricación mundial
de cocaína ha registrado una disminución general a raíz de un notable descenso
de la fabricación de esa droga en Colombia durante el quinquenio 2006-2010. Ha
ocurrido un considerable desplazamiento a medida que, durante ese mismo
período, el cultivo del arbusto de coca y la producción de coca aumentaban en
los otros dos países productores de coca, Bolivia (Estado Plurinacional
de) y Perú, que se perfilan como productores cada vez más importantes. Los
principales mercados de cocaína siguen estando en América del Norte, Europa y
Oceanía (especialmente Australia y Nueva Zelandia). En América del Norte se ha
registrado una clara disminución del consumo de cocaína, atribuible
sobre todo a un descenso de las tasas de los Estados Unidos, del 3,0%
(2006) al 2,2% (2010) de los adultos de 15 a 64 años; sin embargo, no
se ha observado una disminución similar en Europa, donde el consumo de cocaína
se estabilizó durante ese período. Los datos más recientes procedentes de
Australia muestran un aumento del consumo de cocaína.
Finalmente,
las tendencias demográficas indican un probable aumento sustancial del número
total de consumidores de drogas en los países en desarrollo, no sólo debido al
mayor crecimiento demográfico proyectado en esas zonas, sino también a su
población más joven y a su rápida tasa de urbanización. Además, es posible que
la brecha de consumo entre hombres y mujeres comience a cerrarse a medida que
aumente el consumo de drogas por mujeres en los países en desarrollo como
consecuencia de la desaparición de las barreras socioculturales y de una mayor
igualdad de género.
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